Aura Sofía Rico, pediatra especialista en desarrollo infantil, aclara que la base científica en la que se apoya el efecto Mozart “es una teoría que tiene más de 50 años, elaborada por el otorrinolaringólogo francés Alfred Tomatis, quien demostró que desde que el feto tiene cuatro meses es capaz de oír la voz de la madre y que el sonido juega un papel muy importante en la percepción y la conciencia del niño”.
Aun así, es necesario diferenciar bien entre el efecto Mozart y el método Tomatis, pues este último “utiliza la música de Mozart con un aparato especial llamado oído electrónico, que obliga al oído humano a acomodarse permanentemente, como en una especie de aeróbicos, y además estimula a nivel óseo a través de una diadema”, explica Helga López, sicóloga y directora del Centro Tomatis Colombia.
También agrega que este método podría ser considerado el padre del Efecto Mozart, “porque su principio fundamental es que las frecuencias altas de la música estimulan el funcionamiento cerebral y propician el aprendizaje”.
Una de las primeras personas en difundir el término Efecto Mozart fue el músico, pedagogo, escritor y profesor Don Campbell, durante los años 80 y 90, pues hizo investigaciones sobre la formación y desarrollo del cerebro del bebé desde su concepción, y planteó la importancia del sonido. Don Campbell publicó en 1997 el libro El efecto Mozart: Aprovechar el poder de la música para curar el cuerpo, reforzar la mente y desatar el espíritu creativo. Esta obra se basa fundamentalmente en los estudios realizados entre los años 1993 y 1995 por los investigadores de Irving. (Pdf) http://www.megaupload.com/?d=2RQRJ45W
Don Campbell sostiene que la música de Mozart puede potenciar espectacularmente la capacidad de aprendizaje de los niños menores de tres años. Sus planteamientos han cobrado tanta fuerza que en el estado de Florida la ley obliga a los niños de las escuelas públicas a escuchar música clásica.
Los efectos:
La especialista en estimulación musical Ángela Rueda de Halliday y la doctora Rico enumeran las bondades que trae la música de Mozart:
- Logra que el niño forje hábitos de estudio, comprenda lo que lee, memorice con más facilidad y entienda conceptos matemáticos.
- Ayuda a niños discapacitados o con problemas de aprendizaje a mejorar su vida y a tener más confianza en sí mismos.
- Si los niños reciben estimulación musical desde antes de nacer y durante su desarrollo, mejorarán sus procesos de atención, su habilidad para escuchar y su lenguaje.
- Se ha demostrado que los bebés prematuros que escuchan música clásica aumentan de peso y tienen más posibilidades de sobrevivir.
- El efecto Mozart favorece el desarrollo motriz y con esto se logrará mayor seguridad y agilidad en el momento de gatear, caminar, correr y saltar.
- La música de Mozart tiene un efecto energético diferente a la de otros compositores. Dice Tomatis que esta música continúa siendo utilizada para mejorar insuficiencias auditivas y vocales. Esto se ha comprobado en países como Estados Unidos, Francia y Alemania.
- “En prematuros y niños con síndrome de abstinencia, porque sus madres son drogadictas o alcohólicas, se hicieron estudios desde la salacuna con la música de Mozart y se vio que se calmaban, dejaban de estar irritables y crecían mejor. Entonces, ya se hizo un protocolo con estos niños de alto riesgo, en el que poniéndoles esta música tres veces al día tenían este tipo de mejorías”, afirma la pediatra Rico.
- En algunos casos, los resultados no son permanentes. Es decir, ciertos niños requerirían estar oyendo permanentemente la música de Mozart para obtener resultados. Por eso es que estos métodos aconsejan oírla para trabajar, durante la vida escolar o cuando están haciendo tareas en la casa, como música de fondo.
El "efecto Mozart" y otros mitos sobre el cerebro: http://www.laicampeche.com/nota.php/Campeche/familia/23252/el-efecto-mozart-y-otros-mitos-sobre-el-cerebro.html
Música para escuchar:
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